martes, 12 de enero de 2016

Alcaldía de Guatapé responde por caso de maltrato de caballos

Durante vacaciones los equinos fueron pintados de verde y rosado para llamar la atención de los turistas.



En Guatapé más de 40 caballos son utilizados para cabalgatas y paseos.

Foto: Archivo particular. En Guatapé más de 40 caballos son utilizados para cabalgatas y paseos.







Medellín, Antioquia, Colombia. Enero 2016. Ante las denuncias de ambientalistas y ciudadanos sobre caballos pintados de colores para el turismo en el municipio de Guatapé, la Administración señaló que tomará las medidas necesarias para que hechos como este no se vuelvan a presentar.

El secretario de Medio Ambiente, John Gil, señaló que dentro del Plan de Gobierno se está ideando una propuesta que apunta a la protección de los animales, que como los caballos, que son utilizados en el turismo.

“Uno de los temas prioritarios para esta Administración es el medio ambiente, específicamente la protección de la vida y la dignidad de las especies domésticas y silvestres”, dijo Gil.

En el momento, señaló el secretario, funcionarios de la administración han realizado reuniones con los comerciantes y campesinos que ofrecen los servicios de caminatas y cabalgatas por zona urbana y rural del municipio.

Según Astrid Saldarriaga Velásquez, habitante de Guatapé y defensora de los animales, en el carnaval de año viejo del 31 de diciembre, un caballo blanco fue teñido de color rosado.

Así quedó hasta que la llovizna, el sol y el sudor producido por las largar cabalgatas le fueron borrando las manchas.

Saldarriaga señaló que a pesar de las denuncias sobre esta situación, los paseos o cabalgatas, que son frecuentes en su municipio, no han sido restringidas o reglamentadas por la Administración Municipal.

Tampoco hay una ley nacional que impida que campesinos o comerciantes hagan uso de estos animales para sacar un provecho económico, en contravía de su salud.

“He realizado no solo uno sino varios derechos de petición, he hablado con Cornare, la autoridad ambiental de la zona, con la Secretaría de Ambiente y me responden, pero no hacen nada. La situación es más difícil cada año, pues el turismo aumenta y la salud de los caballos empeora”, dijo Saldarriaga.

La defensora de los animales sugirió reglamentar la actividad para así ponerles horarios de trabajo a los animales, bebederos a la sombra u otro lugar de descanso y proporcionarles una mejor alimentación de acuerdo con el esfuerzo físico que los animales realizan diariamente.

Ante esta denuncia, el director de AnimaNaturalis de Antioquia, Juan Guillermo Páramo, señaló que los derechos de los animales no pueden estar por debajo del turismo o de cualquier actividad económica. Por eso instó al nuevo alcalde a reglamentar las cabalgatas.

“El objetivo sería sustituir estos animales por motocarros y ojalá mientras esto sucede se pueda reglamentar la actividad, para que se les haga en un lugar indicado, no al sol y al agua. Lo que queremos es que haya un compromiso de las autoridades”, dijo el ambientalista.

Páramo además pidió a los turistas que no participen de actividades de este tipo. Señaló que los caballos que alquilan como forma de diversión son explotados, “no solo por sus dueños sino también por ellos, que los utilizan”.

Lesiones que les quedan

Los animales que trabajan, y son sometidos a este tipo de maltrato, pueden, además de sufrir daños en la columna vertebral, tener serios problemas sicológicos.

Una de las enfermedades más frecuentes es la aerofacia, que se presenta cuando el caballo lame o mastica una estructura de madera y luego inhala profundamente, activando hormonas que tienen un efecto parecido a una droga.

Por eso la jornada normal debe ser de seis horas, con intervalos para descansar y compartir con otros animales.

“Lo que uno espera con los animales utilizados en el trabajo es a lo menos un trato digno y mínimamente cumplir con los requisitos sanitarios”, dijo Julio Aguirre, de la Inspección ambiental de la Alcaldía de Medellín.

El veterinario señaló, además, que la pintura, más que ser un acto obvio de maltrato, interfiere en las funciones propias de la piel, que tiene unos canales de autorregulación. Las fallas, explicó, se pueden manifestar en toxicidad mediana o generar secuelas, como dermatitis.

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