Esqueleto de caballo hallado en Stuttgart. Oficina Estatal para la Preservación de Monumentos del Consejo Regional de Stuttgart/ArchaeoBW
El descubrimiento, realizado en el distrito de Bad Cannstatt, Stuttgart, revela no solo la magnitud del uso militar de estos animales, sino también indicios de rituales funerarios que sugieren un fuerte vínculo emocional entre soldados y sus monturas.
Por Sarah Romero
Stuttgart, Alemania. Abril, 2025. Un nuevo proyecto de construcción realizado por la Empresa de Vivienda y Desarrollo Urbano de Stuttgart (SWSG), en Alemania, ha llevado a un hallazgo inesperado: un cementerio de 1800 años de antigüedad con más de 100 esqueletos de caballos.
Las investigaciones arqueológicas arrancaron en julio de 2024 y ahora los expertos creen que los animales pertenecieron a una unidad de caballería romana compuesta por aproximadamente 500 jinetes y que estaba estacionada en las cercanías; concretamente en Hallschlag, en la provincia de Germania Superior, lo que ofrece una perspectiva increíble sobre cómo el ejército romano gestionaba y utilizaba sus fuerzas equinas durante el siglo II d.C.
Un cementerio de caballos del siglo II
Según los expertos, estos caballos formaban parte de un Ala (unidades de caballería auxiliares, especialmente durante el Imperio romano), que necesitaban alimento, refugio y cómo no, llegado el momento, también un entierro.
La tropa, con casi 500 jinetes, probablemente contaba con al menos 700 caballos, y si los caballos eran heridos, contraían enfermedades o morían por otras razones, las pérdidas debían ser reemplazadas constantemente, por lo que decidieron habilitar una zona específica para enterrar a todos estos caballos. Así, el estudio ha confirmado que la zona fue utilizada como cementerio de caballos, a 200 metros del asentamiento civil romano más cercano. El tamaño total del cementerio sigue siendo incierto, pero las excavaciones han revelado una zona de uso intensivo que mide aproximadamente 70 x 80 metros.
Las tumbas eran poco profundas y los animales fueron enterrados de lado, con las patas dobladas o extendidas. Ninguno de ellos murió dramáticamente a causa de una batalla o una epidemia, ya que la datación por radiocarbono muestra que fueron enterrados a lo largo del tiempo, poco a poco y no como consecuencia directa de un único evento dramático. "Cada ubicación debió estar marcada visualmente, ya que las fosas rara vez se superponen", explica Sarah Roth, arqueóloga jefe del departamento. "Si el caballo aún pudiera caminar por sí solo, habría sido llevado al cementerio de caballos y sacrificado allí mismo para evitar tener que transportar el pesado cadáver", añade.
Hallazgos especiales: Una tumba contenía un caballo enterrado con dos jarras y una lámpara de aceite, lo que sugiere un vínculo emocional significativo entre el animal y su jinete. Además, se encontró el cuerpo de un hombre adulto enterrado boca abajo y sin ajuar funerario, lo que podría indicar que no era merecedor de un entierro digno o que era un forastero.
ResponderEliminarEste descubrimiento proporciona una visión única sobre las prácticas funerarias y la importancia de los caballos en el ejército romano. Los arqueólogos continúan estudiando los restos para obtener más información sobre la raza, edad, tamaño, enfermedades y causas de muerte de los caballos, así como su papel en las operaciones militares romanas.