La cría de purasangres es uno de los pocos sectores en los que Irlanda puede jactarse de ser uno de los mejores del mundo pero, con el Brexit a la vista, quienes se dedican a esa actividad empiezan a preocuparse.
El sector, que genera más de 1.800 millones de euros (más de 2.100 millones de dólares) y cerca de 30.000 empleos, se pregunta qué consecuencias tendrá la salida de los británicos de la Unión Europea sobre sus exportaciones hacia Reino Unido, su principal mercado.
El mayor motivo de inquietud es el posible regreso de una frontera entre Irlanda y Reino Unido, que podría tener un fuerte impacto para dos economías muy conectadas.
"En el campo, [la cría de purasangres] crea muchos empleos. Así que todo lo que pueda afectarla es muy preocupante", explica a la AFP Harry McCalmont, propietario de Norelands Stud, una ganadería irlandesa de primer nivel.
La preocupación es palpable, y el tema estaba en boca de todos la semana pasada en Goffs, la mayor casa de venta de caballos de Irlanda, donde compradores del mundo entero gastaron 41 millones de euros para llevarse a los especímenes más hermosos.
La cita dio lugar a una reñida puja por un potro del semental estrella Galileo, que un comprador estadounidense anónimo adquirió por 1,1 millones de euros.
- Papeleo y burocracia -
Pero la alegría del momento no logró ocultar la amenaza del Brexit sobre el sector. Para McCalmont, la decisión británica de abandonar la UE acabará con el acuerdo tripartito entre Irlanda, Reino Unido y Francia que rige la libre circulación de los caballos.
Cuando Reino Unido salga del mercado único y de la unión aduanera, los caballos podrían estar sometidos a controles de pasaportes y su transporte, retrasado en las fronteras.
"No prevemos ningún cambio entre Irlanda y Francia, pero el problema es que debemos cruzar Inglaterra [por motivos logísticos]. Así que si hay una verdadera frontera, habrá mucho papeleo, burocracia y quizás aranceles aduaneros", dice McCalmont.
Según cifras de la firma de auditoría Deloitte, Irlanda ingresó 169 millones de euros por sus ventas de caballos a Inglaterra en 2016, esto es, la mitad de la suma conseguida en las subastas de razas irlandesas.
"Aunque Irlanda ocupa sin duda una posición de líder en Europa, su dominio no está garantizado", avisa Deloitte.
Miles de aficionados irlandeses, orgullosos de la reputación de sus purasangres, acuden cada año en marzo al "Cheltenham National Hunt Festival" para ver cómo los mejores caballos de Irlanda afrontan a sus rivales ingleses.
La cría "nos da mucho prestigio, somos el tercer mayor productor de potros purasangres del mundo", asegura McCalmont.
Pero, con el Brexit, puede que algunas de las grandes operaciones de venta se hagan en Reino Unido para evitar posibles tasas aduaneras.
- Momento clave -
El presidente de Goffs, Henry Beeby, denuncia por su parte la falta de claridad del gobierno británico respecto a sus intenciones en la frontera, un asunto clave en la primera fase de negociación sobre el Brexit.
"Creo que hay un sentimiento general de frustración e irritación", afirma. "Es el miedo a lo desconocido. Nadie quiere estar en la oscuridad", prosigue, pensando en las consecuencias nefastas para los pequeños ganaderos, quienes no tienen más "que una o dos yeguas".
"La gente que hizo campaña a favor del Brexit no tenía ningún plan preciso. Y dudo mucho que lo tengan ahora", critica.
Beeby piensa que los ganaderos británicos también sufrirán el impacto de la salida de la UE. "No pueden contar solamente con los potros ingleses porque no producen bastantes. Necesitan importaciones y la mayoría viene de Irlanda", recuerda.
En 2016, 9.344 potros nacieron en Irlanda, más del doble de los 4.663 nacidos en Reino Unido.
Para John Oxx, célebre entrenador irlandés que ganó dos veces el prestigioso Premio del Arco de Triunfo en París, es un momento clave para el sector.
"Hemos asistido a décadas de cooperación cada vez más estrecha, a la simplificación de las reglas en materia de carreras y cría, y ahora, estamos pensando en la posibilidad de dar marcha atrás", lamenta.
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