Autor: Juan Carlos Feijoó G.
Los primeros caballos arribaron a Venezuela a principios del siglo XVI embarcados en naves españolas, con predominio de fuertes y elegantes ejemplares de la raza Berberisca (Mezcla de las razas Española y Árabe). Como consecuencia de la selección natural y el clima, las condiciones adversas por la falta de buena alimentación junto a las plagas existentes en el nuevo mundo, dieron origen al Caballo Criollo Venezolano, el cual era de menor alzada y belleza que sus ancestros. Para inicios del siglo XIX, la población equina venezolana rondaba los 150.000 ejemplares, rebaño que quedó diezmado por la Guerra de Independencia. Los pocos Criollos que quedaron fueron cruzados con Árabes y Media Sangres, dando origen al Caballo de Trabajo, usado por los hombres de campo, para el arreo y cuidado del ganado vacuno y el transporte.
Las carreras de caballos como espectáculo organizado en Venezuela se escenifican por primera vez en la segunda década del siglo XIX. Estos desafíos se hacían a campo traviesa, naciendo con ello la tradición de la hípica en la región guayanesa venezolana (al sureste del país), a orillas del río Orinoco en Angostura, actual Ciudad Bolívar. A finales de ese siglo, surge el que es considerado como el primer hipódromo venezolano que llevó por nombre El Callao y se tiene como año de inauguración en 1876 gracias a la iniciativa de Antonio Liccioni, magnate de las minas de oro que dispuso de un descampado para echar a correr a los caballos guayaneses a fin de distraer a los peones de los achaques del oficio y porque las peleas de gallos demandaban una espuela demasiado sangrienta en las apuestas. Esta idea dio pie a la instalación de pistas de carreras en Guasipati, Tumeremo y Upata, todas en la misma región con los mineros como principales aficionados del espectáculo que mantenía un anecdótico estilo inglés.
En 1878 los Generales Julio Sarría y Mario Gallegos celebran un contrato de arrendamiento con el Municipio caraqueño sobre un terreno denominado La Consolación, a objeto de construir allí un hipódromo. Por los mapas de la época, las carreras se disputaban en recta ya que la identificación del hipódromo presentaba una forma rectangular alargada. Otro de los primeros promotores del espectáculo hípico en la capital del país fue Mathieu Valery, quien acordó por vía de contrato “instalar un campo de carreras o hipódromo en Caracas”. Al leer con detenimiento los pormenores de dicho contrato, podemos puntualizar en algunos aspectos interesantes, que la instalación de dicho hipódromo implicaba en primer término, la existencia de hombres emprendedores para llevar a buen término dicha empresa; también el contar con los recursos materiales para su efectiva concreción y, últimamente, por lo menos saber que se contaba con un público que iba a dar respaldo a esta iniciativa. El contrato quedó suscrito entre Valery y el General Ramón Gordils, llevándose a cabo el 24 de mayo de 1895. A raíz de esta iniciativa y junto a las voluntades de personalidades como Gustavo J. Sanabria, Alberto Smith, Carlos Zuloaga y Edgar Ganteaume entre otros, se fundó el Jockey Club de Venezuela, llegando a generar expectativas en el medio social caraqueño en términos de lo que representaba un hipódromo en la capital.
Una nota de “El Cojo Ilustrado” refleja la apertura del hipódromo de Sabana Grande con fecha 1 de marzo de 1896: “La inauguración de las carreras de caballos en Caracas se efectuó el domingo primero del corriente mes; y el éxito correspondió a las aspiraciones del público y al interés y entusiasmo de los fundadores del Jockey Club, que tiene ya asegurada la presencia de todo lo mas selecto de nuestra sociedad”.
La primera carrera se disputó en el marco del Premio Cleveland en distancia de 1.000 metros para todo caballo, con victoria para el castaño Contest, un hijo de Fonso en Contesta propiedad de J. Uslar Jr., conducido por Washburn aventajando por 2 cuerpos a Calixto que curiosamente participaría exitosamente dos carreras después imponiéndose en la primera competencia selectiva de la historia del turf venezolano, el Premio de Sabana Grande conducida por Levey y presentada por J. Cipriani para los colores del Sindicato Excelsior.
De una revisión realizada a “El Cojo Ilustrado”, correspondiente a los años 1897 al 1902, no se localizó información que diese cuenta de la actividad hípica. Era muy probable que no existiera en ese período debido a sucesos bélicos y políticos ocurridos a final del siglo XIX y a principios del XX (muerte del presidente Joaquín Crespo, invasión a Caracas y toma del poder por parte de Cipriano Castro, bloqueo de las costas venezolanas por potencias extranjeras) que sin duda alteraron la vida social y económica de Venezuela en aquel tiempo. Si bien en términos concretos se puede hablar de una interrupción de las carreras de caballos –por las razones ya acotadas- ello no incidió negativamente en el ánimo de los propulsores del espectáculo para procurar su restablecimiento, que por iniciativa de los componentes del Jockey Club vuelve a la vida en 1.908 con la apertura del hipódromo de El Paraíso.
El 8 de febrero el tordillo Ursus, propiedad de Eduardo Montalbán, se alza con la victoria en la primera competencia disputada en el nuevo coso hípico caraqueño que era presidido por Gustavo J. Sanabria y que en principio contaba con una pista de 1.100 metros. En octubre de 1.910 se efectúa la primera edición del Clásico “Presidente de la República”, el de más antigua data en el hipismo venezolano, ganado por Carabinero, un hijo de Hasting en Carlota que recorrió los 2.400 metros en 161¨ con la monta de Joe Bruner para las sedas del Sindicato Tocorón. En 1.914 se interrumpen las actividades por diferentes motivos, reiniciándose en 1.920. El 26 de junio de esta temporada, Venzoleo se convierte en el primer Purasangre Criollo en ganar una carrera a ejemplares importados. En 1.921 el Hipódromo Nacional da inicio al juego de “Pool”, génesis del popular juego del 5 y 6. En 1.925 se instaura el Clásico Fuerza Armada en distancia de 3.200 metros siendo este el de mayor distancia y que se disputa el 5 de julio. En la primera edición del cotejo, se impuso Bandolero, propiedad de José Vicente Gómez.
En 1.928 se procede a otro cierre que dura hasta 1.932. Para esta tercera etapa, la pista se amplió a 1.450 metros y se comenzaron a disputar las competencias en el sentido contrario a las agujas del reloj (como es actualmente). El año 1.932 marca un hito en la historia del hipismo venezolano ya que además de marcar el inicio de la tercera etapa del hipódromo de El Paraíso, en las fértiles tierras del estado Aragua (al centro norte del país), los hijos del Presidente Juan Vicente Gómez, Florencio y José Vicente, fundan el Haras Mamoncito, contratando a uno de los mejores especialistas en Pedigree y Cría del Purasangre a nivel mundial, Don Fiedrich Becker, siendo su primera y acertada recomendación un hijo de Phalaris llamado Knockando, ganador de 10 en 11. En el aspecto veterinario, el Haras Mamoncito contó con los servicios del Dr. Enrique Guillermo Vogelsang, quien fundó la Escuela Veterinaria de Venezuela.
En 1934 nace un potro hijo de Knockando en la ganadora de 3 en Venezuela, Mary Pickford, que llevó por nombre Burlesco, cumpliendo una excelente campaña pistera de 22 actuaciones con 20 triunfos incluyendo tres veces el Clásico Ministerio de Agricultura y Cría (1937-38-39). Al ser retirado a la cría pasó a la historia como el primer purasangre criollo probado como semental, produciendo exitosamente a varios ganadores selectivos entre los que destacan Artillero, Burlón, El Brujo, Burlador y El Quebrado entre otros. En Agosto de 1.948 se funda bajo el nombre de Registro Genealógico de Equinos de Venezuela el Stud Book local, para que en abril de 1.955 se promulgue el Reglamento General, donde quedan establecidas las normas a seguir para el registro oficial de ejemplares purasangre de carreras.
En 1.939 se realizan las primeras transmisiones de las carreras de caballos a través de la radio, cuando el narrador Eloy Pérez Alfonso (Mister Chips) asociado con ARS Publicidad, describe los pormenores de las jornadas hípicas a través de Radio Caracas con su programa “Torneo Hípico”. En 1.951, el joven Virgilio Decán, proveniente del Estado Bolívar y que sería apodado “Aly Khan”, forma parte del programa destacándose por su estilo de narración en el que nombraba a todos y cada uno de los participantes durante la descripción de la competencia. En 1.954, Radio Caracas Televisión da cabida a las carreras en su programación con la narración y comentarios del mismo Mr. Chips, Luis Placido Pisarello y Carlos León Garrido “Alejo Caminos”.
En la década de los 40 y 50 llegaron a Venezuela provenientes de la parte baja de nuestro continente, una pléyade de jinetes y entrenadores que destacaron en la pista de El Paraíso. Ángel Penna, Eduardo Jara, Balsamino Moreira, Juan Eduardo “El Negro” y su hermano Carlos Cruz, Laffit Pincay, Raúl Bustamante, Carlos Pérez, Juan Araya entre otros, lograron importantes victorias que les catapultaron al estrellato local e internacional. La delegación equina sureña también influyó positivamente en el desarrollo del hipismo venezolano con cracks de la talla del argentino Senegal, primer doble ganador del Magno Evento del hipismo local, el Clásico Simón Bolívar, instituido en 1.946 con victoria para Seriote en su primera edición. Otros argentinos destacados fueron Caimán, de Alfredo Abilahoud, Petare, ganador de 30 y con excelente campaña en Estados Unidos y la dupla El Chama - Préndase, que tras varios triunfos clásicos en Venezuela, representaron al tricolor nacional logrando el uno-dos en el Washington Internacional de 1.955.
También la nórdica Europa nos brindó a excelentes corredores como el irlandés Grano de Oro a principios de los 40, que debido a su condición de castrado no pudo participar en los clásicos de la época. No obstante logró 27 victorias en 86 actuaciones entre 1.941 y 47, siendo nuestro primer invicto, ya que llegó a 13 triunfos de manera imbatible. Otros destacados europeos fueron los ingleses Hypocrite y Hylander, ambos hijos del Jefe de Raza Hyperion, que lograron múltiples victorias clásicas, incluyendo el Clásico Simón Bolívar en ambos casos.
Con el General Marcos Pérez Jiménez (un apasionado por las carreras de caballos) como Presidente de la República, se plantea en la década de los 50 la construcción de un hipódromo moderno que supla el longevo óvalo de El Paraíso. Para ello fueron contratados el arquitecto norteamericano Arthur Froelich, con experiencia en el hipódromo de Aqueduct en Nueva York, y otro arquitecto brasilero de nombre Roberto Burle Marx, encargado de la ornamentación. Los terrenos del Haras La Rinconada al sur de Caracas, fueron los elegidos para la construcción del nuevo coliseo hípico. Paradójicamente Pérez Jiménez abandonó forzosamente el poder el 23 de enero de 1.958 sin poder disfrutar de una tarde de carreras en el hipódromo que él había proyectado.
El 5 de julio de 1.959, Juan Griego conducido por Félix García, lograba la victoria en la primera competencia programada en el hipódromo La Rinconada que poseía una pista de arena de 1.600 metros con un sistema de drenajes de última generación y una pista interna de grama que jamás fue usada. En esa temporada la alazana argentina Pensilvania se convertía en la primera de su sexo ganadora del Clásico Simón Bolívar.
En 1.960 se define la Triple Corona Venezolana compuesta por los Clásicos José Antonio Páez (Primer Presidente de Venezuela) en milla, Ministerio de Agricultura y Cría en 2 kilómetros y el República de Venezuela en 2.400 metros. Gradisco, caballo nacido en el Haras San Pablo e hijo de Show Ring, obtiene la gesta inmortalizadora con la estrella de la fusta Gustavo Ávila en el primer paso y Manuel Camacaro en los dos siguientes. La década de los 60 fue pródiga en inolvidables hazañas como los triunfos de los venezolanos Rompemar y Polizón, los argentinos El Tamao, Primordial, Prenupcial y Klick, y el inglés Chateaubriand, primero en rebasar el millón de bolívares en premios en Venezuela, entre otros.
Pero los 60 siempre serán recordados por dos hechos puntuales, ambos acaecidos en 1.966. Ellos fueron el triunfo de Victoreado en la primera edición del Clásico del Caribe en San Juan de Puerto Rico, primer lauro selectivo de un purasangre nacido y criado en Venezuela, fuera de nuestras fronteras y la apoteósica gesta de Socopo con Luís Bolívar en su lomo, al convertirse después de 20 ediciones en el primer caballo nacional en alzarse con el Clásico Simón Bolívar.
Tomado de
http://www.hipismo.net
Sección Historia
Escrito por Juan Carlos Feijoó G.
Los primeros caballos arribaron a Venezuela a principios del siglo XVI embarcados en naves españolas, con predominio de fuertes y elegantes ejemplares de la raza Berberisca (Mezcla de las razas Española y Árabe). Como consecuencia de la selección natural y el clima, las condiciones adversas por la falta de buena alimentación junto a las plagas existentes en el nuevo mundo, dieron origen al Caballo Criollo Venezolano, el cual era de menor alzada y belleza que sus ancestros. Para inicios del siglo XIX, la población equina venezolana rondaba los 150.000 ejemplares, rebaño que quedó diezmado por la Guerra de Independencia. Los pocos Criollos que quedaron fueron cruzados con Árabes y Media Sangres, dando origen al Caballo de Trabajo, usado por los hombres de campo, para el arreo y cuidado del ganado vacuno y el transporte.
Las carreras de caballos como espectáculo organizado en Venezuela se escenifican por primera vez en la segunda década del siglo XIX. Estos desafíos se hacían a campo traviesa, naciendo con ello la tradición de la hípica en la región guayanesa venezolana (al sureste del país), a orillas del río Orinoco en Angostura, actual Ciudad Bolívar. A finales de ese siglo, surge el que es considerado como el primer hipódromo venezolano que llevó por nombre El Callao y se tiene como año de inauguración en 1876 gracias a la iniciativa de Antonio Liccioni, magnate de las minas de oro que dispuso de un descampado para echar a correr a los caballos guayaneses a fin de distraer a los peones de los achaques del oficio y porque las peleas de gallos demandaban una espuela demasiado sangrienta en las apuestas. Esta idea dio pie a la instalación de pistas de carreras en Guasipati, Tumeremo y Upata, todas en la misma región con los mineros como principales aficionados del espectáculo que mantenía un anecdótico estilo inglés.
En 1878 los Generales Julio Sarría y Mario Gallegos celebran un contrato de arrendamiento con el Municipio caraqueño sobre un terreno denominado La Consolación, a objeto de construir allí un hipódromo. Por los mapas de la época, las carreras se disputaban en recta ya que la identificación del hipódromo presentaba una forma rectangular alargada. Otro de los primeros promotores del espectáculo hípico en la capital del país fue Mathieu Valery, quien acordó por vía de contrato “instalar un campo de carreras o hipódromo en Caracas”. Al leer con detenimiento los pormenores de dicho contrato, podemos puntualizar en algunos aspectos interesantes, que la instalación de dicho hipódromo implicaba en primer término, la existencia de hombres emprendedores para llevar a buen término dicha empresa; también el contar con los recursos materiales para su efectiva concreción y, últimamente, por lo menos saber que se contaba con un público que iba a dar respaldo a esta iniciativa. El contrato quedó suscrito entre Valery y el General Ramón Gordils, llevándose a cabo el 24 de mayo de 1895. A raíz de esta iniciativa y junto a las voluntades de personalidades como Gustavo J. Sanabria, Alberto Smith, Carlos Zuloaga y Edgar Ganteaume entre otros, se fundó el Jockey Club de Venezuela, llegando a generar expectativas en el medio social caraqueño en términos de lo que representaba un hipódromo en la capital.
Una nota de “El Cojo Ilustrado” refleja la apertura del hipódromo de Sabana Grande con fecha 1 de marzo de 1896: “La inauguración de las carreras de caballos en Caracas se efectuó el domingo primero del corriente mes; y el éxito correspondió a las aspiraciones del público y al interés y entusiasmo de los fundadores del Jockey Club, que tiene ya asegurada la presencia de todo lo mas selecto de nuestra sociedad”.
La primera carrera se disputó en el marco del Premio Cleveland en distancia de 1.000 metros para todo caballo, con victoria para el castaño Contest, un hijo de Fonso en Contesta propiedad de J. Uslar Jr., conducido por Washburn aventajando por 2 cuerpos a Calixto que curiosamente participaría exitosamente dos carreras después imponiéndose en la primera competencia selectiva de la historia del turf venezolano, el Premio de Sabana Grande conducida por Levey y presentada por J. Cipriani para los colores del Sindicato Excelsior.
De una revisión realizada a “El Cojo Ilustrado”, correspondiente a los años 1897 al 1902, no se localizó información que diese cuenta de la actividad hípica. Era muy probable que no existiera en ese período debido a sucesos bélicos y políticos ocurridos a final del siglo XIX y a principios del XX (muerte del presidente Joaquín Crespo, invasión a Caracas y toma del poder por parte de Cipriano Castro, bloqueo de las costas venezolanas por potencias extranjeras) que sin duda alteraron la vida social y económica de Venezuela en aquel tiempo. Si bien en términos concretos se puede hablar de una interrupción de las carreras de caballos –por las razones ya acotadas- ello no incidió negativamente en el ánimo de los propulsores del espectáculo para procurar su restablecimiento, que por iniciativa de los componentes del Jockey Club vuelve a la vida en 1.908 con la apertura del hipódromo de El Paraíso.
El 8 de febrero el tordillo Ursus, propiedad de Eduardo Montalbán, se alza con la victoria en la primera competencia disputada en el nuevo coso hípico caraqueño que era presidido por Gustavo J. Sanabria y que en principio contaba con una pista de 1.100 metros. En octubre de 1.910 se efectúa la primera edición del Clásico “Presidente de la República”, el de más antigua data en el hipismo venezolano, ganado por Carabinero, un hijo de Hasting en Carlota que recorrió los 2.400 metros en 161¨ con la monta de Joe Bruner para las sedas del Sindicato Tocorón. En 1.914 se interrumpen las actividades por diferentes motivos, reiniciándose en 1.920. El 26 de junio de esta temporada, Venzoleo se convierte en el primer Purasangre Criollo en ganar una carrera a ejemplares importados. En 1.921 el Hipódromo Nacional da inicio al juego de “Pool”, génesis del popular juego del 5 y 6. En 1.925 se instaura el Clásico Fuerza Armada en distancia de 3.200 metros siendo este el de mayor distancia y que se disputa el 5 de julio. En la primera edición del cotejo, se impuso Bandolero, propiedad de José Vicente Gómez.
En 1.928 se procede a otro cierre que dura hasta 1.932. Para esta tercera etapa, la pista se amplió a 1.450 metros y se comenzaron a disputar las competencias en el sentido contrario a las agujas del reloj (como es actualmente). El año 1.932 marca un hito en la historia del hipismo venezolano ya que además de marcar el inicio de la tercera etapa del hipódromo de El Paraíso, en las fértiles tierras del estado Aragua (al centro norte del país), los hijos del Presidente Juan Vicente Gómez, Florencio y José Vicente, fundan el Haras Mamoncito, contratando a uno de los mejores especialistas en Pedigree y Cría del Purasangre a nivel mundial, Don Fiedrich Becker, siendo su primera y acertada recomendación un hijo de Phalaris llamado Knockando, ganador de 10 en 11. En el aspecto veterinario, el Haras Mamoncito contó con los servicios del Dr. Enrique Guillermo Vogelsang, quien fundó la Escuela Veterinaria de Venezuela.
En 1934 nace un potro hijo de Knockando en la ganadora de 3 en Venezuela, Mary Pickford, que llevó por nombre Burlesco, cumpliendo una excelente campaña pistera de 22 actuaciones con 20 triunfos incluyendo tres veces el Clásico Ministerio de Agricultura y Cría (1937-38-39). Al ser retirado a la cría pasó a la historia como el primer purasangre criollo probado como semental, produciendo exitosamente a varios ganadores selectivos entre los que destacan Artillero, Burlón, El Brujo, Burlador y El Quebrado entre otros. En Agosto de 1.948 se funda bajo el nombre de Registro Genealógico de Equinos de Venezuela el Stud Book local, para que en abril de 1.955 se promulgue el Reglamento General, donde quedan establecidas las normas a seguir para el registro oficial de ejemplares purasangre de carreras.
En 1.939 se realizan las primeras transmisiones de las carreras de caballos a través de la radio, cuando el narrador Eloy Pérez Alfonso (Mister Chips) asociado con ARS Publicidad, describe los pormenores de las jornadas hípicas a través de Radio Caracas con su programa “Torneo Hípico”. En 1.951, el joven Virgilio Decán, proveniente del Estado Bolívar y que sería apodado “Aly Khan”, forma parte del programa destacándose por su estilo de narración en el que nombraba a todos y cada uno de los participantes durante la descripción de la competencia. En 1.954, Radio Caracas Televisión da cabida a las carreras en su programación con la narración y comentarios del mismo Mr. Chips, Luis Placido Pisarello y Carlos León Garrido “Alejo Caminos”.
En la década de los 40 y 50 llegaron a Venezuela provenientes de la parte baja de nuestro continente, una pléyade de jinetes y entrenadores que destacaron en la pista de El Paraíso. Ángel Penna, Eduardo Jara, Balsamino Moreira, Juan Eduardo “El Negro” y su hermano Carlos Cruz, Laffit Pincay, Raúl Bustamante, Carlos Pérez, Juan Araya entre otros, lograron importantes victorias que les catapultaron al estrellato local e internacional. La delegación equina sureña también influyó positivamente en el desarrollo del hipismo venezolano con cracks de la talla del argentino Senegal, primer doble ganador del Magno Evento del hipismo local, el Clásico Simón Bolívar, instituido en 1.946 con victoria para Seriote en su primera edición. Otros argentinos destacados fueron Caimán, de Alfredo Abilahoud, Petare, ganador de 30 y con excelente campaña en Estados Unidos y la dupla El Chama - Préndase, que tras varios triunfos clásicos en Venezuela, representaron al tricolor nacional logrando el uno-dos en el Washington Internacional de 1.955.
También la nórdica Europa nos brindó a excelentes corredores como el irlandés Grano de Oro a principios de los 40, que debido a su condición de castrado no pudo participar en los clásicos de la época. No obstante logró 27 victorias en 86 actuaciones entre 1.941 y 47, siendo nuestro primer invicto, ya que llegó a 13 triunfos de manera imbatible. Otros destacados europeos fueron los ingleses Hypocrite y Hylander, ambos hijos del Jefe de Raza Hyperion, que lograron múltiples victorias clásicas, incluyendo el Clásico Simón Bolívar en ambos casos.
Con el General Marcos Pérez Jiménez (un apasionado por las carreras de caballos) como Presidente de la República, se plantea en la década de los 50 la construcción de un hipódromo moderno que supla el longevo óvalo de El Paraíso. Para ello fueron contratados el arquitecto norteamericano Arthur Froelich, con experiencia en el hipódromo de Aqueduct en Nueva York, y otro arquitecto brasilero de nombre Roberto Burle Marx, encargado de la ornamentación. Los terrenos del Haras La Rinconada al sur de Caracas, fueron los elegidos para la construcción del nuevo coliseo hípico. Paradójicamente Pérez Jiménez abandonó forzosamente el poder el 23 de enero de 1.958 sin poder disfrutar de una tarde de carreras en el hipódromo que él había proyectado.
El 5 de julio de 1.959, Juan Griego conducido por Félix García, lograba la victoria en la primera competencia programada en el hipódromo La Rinconada que poseía una pista de arena de 1.600 metros con un sistema de drenajes de última generación y una pista interna de grama que jamás fue usada. En esa temporada la alazana argentina Pensilvania se convertía en la primera de su sexo ganadora del Clásico Simón Bolívar.
En 1.960 se define la Triple Corona Venezolana compuesta por los Clásicos José Antonio Páez (Primer Presidente de Venezuela) en milla, Ministerio de Agricultura y Cría en 2 kilómetros y el República de Venezuela en 2.400 metros. Gradisco, caballo nacido en el Haras San Pablo e hijo de Show Ring, obtiene la gesta inmortalizadora con la estrella de la fusta Gustavo Ávila en el primer paso y Manuel Camacaro en los dos siguientes. La década de los 60 fue pródiga en inolvidables hazañas como los triunfos de los venezolanos Rompemar y Polizón, los argentinos El Tamao, Primordial, Prenupcial y Klick, y el inglés Chateaubriand, primero en rebasar el millón de bolívares en premios en Venezuela, entre otros.
Pero los 60 siempre serán recordados por dos hechos puntuales, ambos acaecidos en 1.966. Ellos fueron el triunfo de Victoreado en la primera edición del Clásico del Caribe en San Juan de Puerto Rico, primer lauro selectivo de un purasangre nacido y criado en Venezuela, fuera de nuestras fronteras y la apoteósica gesta de Socopo con Luís Bolívar en su lomo, al convertirse después de 20 ediciones en el primer caballo nacional en alzarse con el Clásico Simón Bolívar.
Tomado de
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Somos un periódico digital "AYER", donde publicamos artículos sobre historias y cultura general cuya motivación es la distracción y el incremento de cultura general a través de una lectura amena
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