El grupo y amigos, parada a mitad de camino. Foto: gentileza Gastón Fournier.
Se conocieron en la facultad de Ciencias Agrarias y soñaron un viaje que hoy están haciendo realidad: el mapa de punta a punta. Duermen a la intemperie, abrigados por el fuego.
Por Florencia Bark
Neuquén, Río Negro, Argentina. Febrero, 2025. Eran estudiantes universitarios y cursaban Agronomía en Cinco Saltos cuando se imaginaron por primera vez la travesía.
Dibujaron en un mapa todas las localidades que querían recorrer, de donde eran oriundos algunos de ellos. Así nació la idea de trazar una línea de norte a sur en la provincia de Neuquén, por la cordillera. Diez años después, lo están haciendo realidad.
A los agrónomos, se sumaron otros amigos que estudiaban Veterinaria en General Pico, La Pampa. Se compraron diez potros salvajes en junio pasado y empezaron a domarlos para emprender la cabalgata, que arrancó desde el punto de partida el 1 de febrero y todavía sigue su curso.
Foto: gentileza Gastón Fournier.
«Somos un grupo de amigos uniendo Manzano Amargo con Villa Traful por la senda andina», se describen a sí mismos en esta aventura de más de 700 kilómetros a caballo: la llamaron “Cabalgata de la vida”.
Ahora son once personas de Neuquén y Río Negro con 22 animales. Ya llevan más de 20 días de caravana. Los caballos son su vehículo y también transporte de provisiones, necesarias para tantos días.
Foto: gentileza Gastón Fournier.
Hicieron la primera etapa de 350 kilómetros. De Manzano a Caviahue con logística diaria y de Caviahue a Pino Hachado, fueron seis días sin comunicación ni asistencia, porque no había acceso en lo alto de la cordillera, al límite con Chile.
A paso firme, van avanzando en medio de la montaña. A veces perdidos, a veces más orientados. El sol, la luna y las estrellas son brújulas, pero los baqueanos son guías: conocedores del territorio, aparecen en el camino sin ser llamados, para ponerlos nuevamente en la huella. Se siente como un cálido abrazo en la intemperie.
Foto: gentileza Gastón Fournier.
Los once pasan el día montados a caballo, comen carne del lugar, pescado, pan caliente y tortas fritas recién hechas. Cuando asoma el ocaso, buscan algún puesto para dormir, la mayoría de veces sin suerte. Todos los días son distintos y el paisaje se renueva.
Juan Antonio Vela, uno de los viajeros dialogó con Diario RIO NEGRO, a la distancia, desde Aluminé.
“Sentimos que es hacer algo que nos identifica, nos atraviesa, nos hace estar acá en lo que nos gusta, en nuestra provincia (…) Nos hace sentir vivos y poder cumplir un sueño”.
Juan Antonio Vela, uno de los viajeros.
Foto: gentileza Gastón Fournier.
La primera noche descansaron en un mallín en las nacientes de un río, con viento y mucho frío. El refugio está en los árboles y donde haya un poco de leña. Usan la montura, llevan bolsa de dormir y poncho; pero el abrigo común, es el fuego.
“Esto lo estamos haciendo en cuatro etapas que serían cuatro semanas”, contó Juan Antonio. Ahora van por la tercera fase que va de Pino Hachado a Junín de los Andes. Al terminar cada etapa, hacen por lo menos unos dos días de descanso, donde reponen fuerzas y reciben cálidas visitas de amigos que llegan en autos.
Infinidad de pueblos y parajes llevan recorridos. Algunos ni figuran en los mapas, pero ellos los conocieron, con su gente y comunidades originarias, que siempre les tendieron una mano.
Foto: gentileza Gastón Fournier.
Contaron lo fascinante de ver “todo desde arriba” al atravesar la cordillera, entre la nieve. También hablaron de lo agotador que puede ser vivir la experiencia.
Simón Ulloa es otro de los aventureros, encargado de la parte logística. “Estamos asistiendo con una camioneta que lleva alimento y una camioneta con un carro, que lleva el forraje y también las pilchas”, contó.
“Cada uno de los muchachos trae dos dos caballos, cada uno con sus potros que amansaron y uno manso, que esos los fueron consiguiendo en distintos lugares”, agregó el referente de logística.
Simón Ulloa, uno de los aventureros.
Foto: gentileza Gastón Fournier.
“Fuimos acompañados y también recibidos por mucha gente, que eso es lo que más valoramos. Sin ellos la verdad que no hubiésemos podido hacer gran parte de los tramos”.
La parte social de toda la aventura está siendo fundamental para recuperar fuerzas y seguir adelante, para cuidar a los animales y a ellos mismos. Todavía no cantan victoria, saben que falta la última etapa, pero está cada vez más cerca Villa Traful. Estiman estar pisando destino el 28 de febrero, para despedir un mes inolvidable.
Quiénes son los aventureros
De Neuquén: Francisco, Manuel, Juan Antonio y José Vela (Añelo); Lautaro y Nehuen Sprumont (Manzano Amargo), Kevin Lagos (Villa Traful)
De Río Negro; Sacha Ventura (Viedma), Lucho Soto (Roca), Bruno Piergentili (Roca) y Simon Ulloa (Valle Azul). Y Ramiro Ulman “Poti” de Trenque Lauquen.
Ver noticia original con sus detalles en: Río Negro
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