lunes, 2 de diciembre de 2024

Alfonsina Páez: la niña detrás del caballo y sus logros a los 7 años con la equitación

 

El montar a caballo comenzó como una actividad de distensión y entretenimiento, pero hoy es más que eso, es un deporte de elite llamado equitación. Año tras año se perfecciona más y cobra mayor valor a modo de competencia y en el mundo del deporte. Alfonsina Páez tiene 7 años, riojana y viene de competir a nivel nacional y en varios países.

La Rioja, Argentina. Diciembre, 2024. A través de una entrevista con Medios El Independiente, Alfonsina comentó que con un caballo de nombre Elena, lograron una brillante participación en la pasada Copa Real de Pineda en Sevilla, España.

Junto a su entrenadora Marlene Molins, tuvieron una increíble competición donde salió el primer día en el puesto tres y segunda colocación los otros dos días que duró el evento y en la categoría mejores de 80cm de salto. “Comencé hace dos o tres años y monté muchos caballos, porque me gusta mucho la equitación”, relató la pequeña competidora.

Su mamá, Valeria Mercado, expresó que “cuando salimos de pandemia fueron de las primeras actividades al aire libre y que se fueron habilitando. Ella tiene además, superdotación y fue un consejo de su equipo interdisciplinario que haga contacto con equinos, (equinoterapia) entonces la llevamos e hizo un clic”.

Alfonsina Páez: la niña detrás del caballo y sus logros a los 7 años con la equitación El montar a caballo comenzó como una actividad de distensión y entretenimiento, pero hoy es más que eso, es un deporte de elite llamado equitación. Año tras año se perfecciona más y cobra mayor valor a modo de competencia y en el mundo del deporte. Alfonsina Páez tiene 7 años, riojana y viene de competir a nivel nacional y en varios países.

A su vez, aseguró que “del primer momento quedó encantada y quería siempre asistir a las clases donde las maestras seguían su progreso. Alfonsina siempre fue muy picara e interesada en los caballos y el deporte en sí.

En sus primeras clases, entró a la pista galopando inclusive y siempre muy adelantada y con muchísima seguridad. Como otra anécdota, la yegua se escapó un día y no la podían frenar y Alfonsina la llamó y como si nada ingresó de nuevo a la pista”.

Prearación, competencia y conexión

Asimismo, manifestó que “ella tiene su yegua de competencia llamada Niquita, y salta entre 50cm y 60cm como mínimo en competencia, pero en entrenamiento llega a 1 metro. Siempre hacen menos como para resguardarla y desde los 4 años que va a Dinastía Hípica” y sobre la competencia dijo: “Hay una articulación de los docentes con el exterior, entonces cada representante del exterior te habilita a competir y cada coach envía videos de cada niño, ellos preseleccionan y una vez que viajan confirman si está en nivel”.

“Alfonsina ya tiene invitaciones para el año entrante y les gustó mucho su participación. Inclusive en Sevilla le cambiaron por otra yegua porque la veían que podía con otro caballo y en 5 minutos hizo conexión con el animal, binomio se llama.

Su primera competencia internacional fue en Estados Unidos y nacional tiene un montón. Los premios se llaman cucardas”, aseveró. Sobre su preparación, indicó que tiene “clases personalizadas y la llevamos a clínicas previas al Hípico Argentino y siempre de la mano de una nutrición saludable, basada en energías y proteínas, siempre alimentos nada de suplementos.

Mientras que el caballo tiene muchos cuidados y todo lo que le damos lo demuestra en pista, desde el baño, su alimentación, suplementos y tenemos un equipo que lo asisten día a día”.

Acompañamiento y modalidades

Al ser consultada sobre sus inicios en el deporte, dijo: “Ella (Alfonsina) empezó a los 4 años con la modalidad Volteo, que les permite a los chicos desarrollar el agarre y la confianza en la monta y una vez que pasan esa etapa están en condiciones de montar en lo que es Salto.

Hay niños de 2 ó 3 años que hacen equitación, van con sus padres; yo hasta el día de hoy la acompaño porque es un deporte de alto riesgo”. Por último, remarcó que “si bien soy una persona muy abocada a mi profesión y amo estudiar, como padres tuvimos que dejar muchas cosas de lado y eso lo entendí con el ser madre.

Tuve que habituarme a ir al lugar y estar entre las moscas, los caballos y todo lo que rodea la equitación, porque si mi hija le gusta debemos acompañarla. Yo no la exijo, siempre le digo que sea feliz, pero ella dice que viene a ganar, es muy competitiva”.

Ver noticia original con sus detalles en: El Independiente

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