Desde la crianza y el entrenamiento hasta la preparación para las competencias, la tenencia de un caballo implica un compromiso total, tanto en tiempo como en recursos.
Pereira, Colombia. Diciembre, 2024. El municipio de Dosquebradas recibió la III Copa Equina Eje Cafetero, un evento que congrega a apasionados del mundo equino, criadores, expertos chalanes, y curiosos que buscan conocer más sobre estos majestuosos animales. Durante este fin de semana, ejemplares de alto valor y características únicas desfilarán en las pistas, deleitando a los espectadores con su porte, andar y elegancia. Este es un escenario ideal para comprender lo que significa la tenencia, preparación y mantenimiento de los caballos en Colombia, un mundo que combina tradición, pasión y grandes inversiones.
La crianza, un arte genético
La crianza equina es un proceso meticuloso donde cada detalle importa. Alejandro Gómez, criador de Jamundí, Valle, del criadero Villa María, explica que el éxito en las exposiciones comienza desde el linaje. «Es buscarle que tengan un buen padre o una buena madre, que tengan una buena genética para que así puedan llegar a ser grandes campeones», asegura. Cada caballo atraviesa ciclos donde su desarrollo es evaluado cuidadosamente. «Los caballos van dando un punto de movimiento, entonces ya usted escoge si es un caballo que se puede llevar a la feria o hay que esperar para prepararlo más».
La preparación no solo involucra la genética, sino también el entrenamiento y cuidado físico. «Ellos deben estar bonitos, en buenas condiciones, con disposición para trabajar», añade Gómez. Este proceso, conocido como «rendada», es crucial para determinar si un caballo está apto para competir.
Con costos significativos y un cuidado detallado, los caballos son un símbolo de excelencia y cultura que cautiva a todos los que se acercan a este fascinante universo.
Un proceso de dedicación y detalle
La rendada comienza cuando el caballo ha alcanzado una edad adecuada, generalmente entre los 27 y 30 meses. Según Robinson Oviedo, chalán profesional con más de tres décadas de experiencia, este es el momento en que se inicia un entrenamiento más estructurado. «La rendada es la arreglada, el adiestramiento que se le da al caballo para que llegue hasta donde tiene que llegar. Es como enseñarle a un atleta a correr en una pista y a destacar», explica.
El objetivo principal de la rendada es desarrollar en el caballo las habilidades necesarias para desempeñarse en su andar específico, ya sea fino colombiano, trotón galopero, trochador galopero o trochador. Cada estilo de andar requiere precisión, técnica y control, características que se moldean a través de sesiones repetitivas y pacientes de entrenamiento.
No todos los caballos responden de la misma manera a la rendada. Oviedo señala que hay ejemplares precoces que aprenden rápidamente y otros que requieren más tiempo. «Hay unos que son muy nobles y dan muy ligero el arreglo, pero otros son más difíciles. Ahí es donde el chalán debe analizar y decidir si vale la pena continuar con ellos», explica.
El camino para lograr un ejemplar competitivo es largo y costoso. «Hay caballos precoces que aprenden rápido, pero otros tardan más. Uno los analiza para saber si sirven o no. Tienen que tener fenotipo, adiestramiento, mansedumbre y brío», comenta Oviedo. Además, ciertas características físicas, como ser demasiado pintados o caretos (despigmentados), pueden descalificarlos en las competencias.
El costo de la excelencia
El mundo equino no es para cualquiera. Mantener un caballo implica costos significativos, desde el cuidado básico hasta los gastos específicos para entrenarlos y prepararlos para la pista. «El mantenimiento incluye la viruta, el herrero, el veterinario, los concentrados y el chalán. Todo esto siempre es costoso», señala Oviedo. Actualmente, el precio de un caballo en Colombia puede variar desde 2 millones de pesos hasta cifras que superan los 15 millones, dependiendo de sus características y nivel de adiestramiento.
Alejandro Gómez, quien participa en la III Copa con 12 ejemplares de su criadero, explica que todo es una inversión de tiempo y recursos. «Esto es costoso, pero el que le gusta le sabe. Los concentrados están muy caros, pero vale la pena cuando ves que tu caballo está listo para competir».
Mantener un caballo en Colombia implica costos significativos que varían según su propósito, ya sea recreativo o competitivo. La alimentación, que incluye forraje, concentrados y suplementos, representa uno de los mayores gastos, con un promedio mensual entre $550,000 y $1,000,000. A esto se suman los servicios de herrería, necesarios cada 4 a 6 semanas de aproximadamente $150.000 la sesión por caballo, y la atención veterinaria, que incluye chequeos, vacunas y desparasitaciones con costos anuales entre $300,000 y $1,000,000. Además, el alojamiento, ya sea en establos propios o alquilados, puede costar entre $300,000 y $800,000 mensuales, junto con el cuidado básico como viruta de alrededor de $120.000.
Para caballos de competencia, los gastos se incrementan con la preparación y entrenamiento, donde los honorarios de un chalán profesional pueden oscilar entre $1,000,000 y $2,000,000 mensuales. Además, el equipamiento inicial, transporte y participación en eventos como la Copa Equina Eje Cafetero representan inversiones adicionales. En total, el mantenimiento mensual de un caballo recreativo ronda los $800,000 – $1,200,000, mientras que para un ejemplar competitivo puede superar los $2,500,000, sin incluir los altos precios que pueden alcanzar los caballos entrenados, los cuales oscilan entre $10,000,000 y $50,000,000 ó más.
En cuanto a la compra y venta de caballos, los precios varían ampliamente según su genética, entrenamiento y calidad. Un ejemplar joven y sin adiestrar puede costar entre $2,000,000 y $5,000,000, mientras que los caballos entrenados para competencia pueden oscilar entre $10,000,000 y $50,000,000.
Los precios más altos, reservados para caballos de élite con andares perfectos y linajes excepcionales, pueden superar los $200,000,000, especialmente en los circuitos internacionales. Aunque estas cifras son elevadas, para los amantes del mundo equino, el retorno está en la satisfacción de criar y preparar a un caballo capaz de destacar en las pistas y dejar huella en el mundo equino.
Las estrellas del evento
La III Copa Equina Eje Cafetero no solo es una vitrina para exhibir a los mejores ejemplares del país, sino también una oportunidad para apreciar de cerca el arte y la dedicación que implica este mundo. Criaderos como La Cristalina, Yarumalito, JC y Rancho Luna de la familia García se suman al evento con caballos de distintas categorías, desde trotón galopero hasta fino colombiano, destacando la diversidad de andares y la riqueza genética de los caballos colombianos.
Un legado cultural y deportivo
Más allá de los costos y la técnica, el mundo equino representa una pasión que une a familias, comunidades y regiones enteras. En Dosquebradas, este evento no solo celebra a los caballos, sino también a las personas que dedican su vida a este arte, perpetuando un legado cultural que combina tradición y modernidad.
Para quienes quieran adentrarse en este universo, la III Copa Equina Eje Cafetero es la oportunidad perfecta para aprender, admirar y, por qué no, soñar con ser parte de este fascinante mundo.
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